En lugar de ubicar la vivienda en el centro del solar, el proyecto propone rodearlo: una casa que actúe como cerca. Una casa-muro que permita mantener la continuidad urbana y, al mismo tiempo, experimentar un nuevo tipo edificatorio alargado y adaptado tanto a la topografía del solar como a la traza de la calle.
La casa sigue las lógicas materiales y constructivas del muro-cerca original (derribado debido a los retranqueos exigidos por la normativa vigente), y se construye íntegramente con muros de carga, reutilizando piedras de la tapia preexistente para mezclarlas con áridos propios del solar, así como con cal, cemento y partículas de vidrio insuflado. A lo largo de la parcela el muro varía su grosor hasta hacerse tan grueso que permite albergar los espacios más estáticos de la vivienda, o aquellos que requieren más privacidad, tales como camas, baños, lavadero, despensa, armarios o los lavamanos.